lunes, 28 de septiembre de 2015

DIY forrar botes de conservas


Yuju!! Ya ha llegado el otoño!!
Y yo aquí, más feliz que una perdiz, por que aunque suene muy topicazo, es mi estación favorita.
Los días se van acortando poco a poco, los atardeceres son preciosos, y las hojas se ponen marrones, ocres, amarillas.... y se caen.
Además este año vivo cerca del bosque, así que me iré alguna mañana con la cámara, para pasear y hacer fotos de esas mágicas que solo se hacen en los bosques en otoño ^^

Mejor dejo ya la disertación otoñal, que me lio yo sola.
Al lío. Desde que nos mudamos, vamos completando poco a poco las cosas que nos van haciendo falta, o que por cuestiones prácticas, echamos de menos de la otra casa y hay que ir implementando.
Una de las cosas que aunque parezca una tontería, nosotros usamos un montón, son los botes para poner los lapiceros, rotuladores y demás material de oficina/manualidades que teníamos en los escritorios.
Así que el otro día me puse, y en un pis-pas, hice estos tan chulos.




A lo mejor a vosotros no os parecen tan chulos, pero yo creo que son lo más.
Por que todo lo que haces tú con tus manitas siempre es más bonito, más cuqui y más genial.

Así que allá vamos, empecemos con los materiales.
Yo usé dos botes de conservas que habíamos gastado, uno de tomate triturado y otro pequeño de guisantes, para mas información.
Restos de otras labores de trapillo, tela, loneta..., lo que tengamos por casa.
Fieltro.
Un lápiz para marcar.
Pistola de silicona caliente (y silicona caliente, claro)




Lo primero que hacemos es poner el bote encima del fieltro y marcar todo el contorno de la base.




Luego recortamos el círculo, y lo pegamos a la base del bote con silicona caliente. Se podrían utilizar otros adhesivos, como pegamento de contacto, pero yo siempre uso esta.

Lo de pegar fieltro en la base lo hacemos por dos motivos principales.
Uno es para evitar que la mesa se ralle y el bote haga ruido. A mi es algo que me molesta bastante, por que cuando estoy haciendo cosas, como tengo poco espacio, no puedo evitar terminar empujándolos con el codo, o con la base de corte o algo. Así evitamos las dos cosas.
Y otra es para evitar que si el metal se oxide, lo manche todo. Con el fieltro ya nos queda protegido y tapado.




Aquí ya tenemos la base de los dos botes preparada. Tened cuidado pegándola, por que si te despistas un poco, acabas quemándote los dedillos.




Aquí voy a explicar como se forra el de trapillo. Aunque tiene tan poca miga, que no se yo si necesita mucha explicación....
Primero pegamos con un punto de silicona el extremo del trapillo bien pegadito a la base del bote, y luego vamos liandolo al tiempo que vamos poniendo un punto de silicona cada pocos centímetros. No hace falta untarlo todo de pegamento, por que no es algo que se vaya a manosear mucho, así que con algunos puntos de silicona aguantará perfectamente.




Cuando ya terminamos, cortamos para que nos sobre un poquito. Más vale que sobren 3cm a que nos falte uno, por que como dice mi madre, a tiempo de meter la tijera siempre estamos.




Y como solo hemos ido poniendo un punto de silicona cada pocos cm, aprovechamos uno de los tramos sin pegamento para meter debajo el extremo que nos queda. Como es elástico, es fácil de hacer, y luego podemos asegurarlo con otro poquito de silicona.
De nuevo, cuidado con los deditos!



 Para el otro bote, medí la circunferencia y la altura del bote, le dí márgenes para hacer los dobladillos, como si fueran márgenes de costura, y corté un rectángulo con esas medidas.
Doblé la tela asegurando la doblez con un poco de pegamento, y la fui pegando alrededor del bote.
Como veis, no tiene ningún misterio, queda muy resultón, y es una forma de aprovechar los botes y personalizar un poco el escritorio.


Si os gusta, o lo versionais de alguna forma, me encantará verlo.
 Como siempre, no dudes en preguntar cualquier duda que puedas tener, ¡me encanta leer comentarios!

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