Celeste, la amiga de Carolina

Esta es para mi una prueba clara de los golpes que nos da la vida cuando nos damos cuenta de que esa certeza que tenemos de que "estas cosas solo les pasan a los demás" no es tan cierta como pensabamos.
Celeste, esa niña tan tristemente célebre estos dias, por haber sido violada y asesinada, y hallada en las escaleras de su propia casa, resulta ser amiga de mi vecina Carolina.
No es que yo conociese en profundidad a la chica, pero había coincidido con ella varias veces.

Cuando el sábado 19 subió mi padre y nos dió la noticia, me quedé totalmente helada. Para el era "la amiga de Carol", al igual que para mi.

Recuerdo que lo primero que me pasó por la cabeza fue "es imposible, solo tiene 16 años...."
Después, no recuerdo el tiempo que me costó reaccionar.

Si a mi me causó tal shock, no quiero pensar en lo devastadora que debió ser para la familia, sus padres, sus amigos y compañeros....
No quiero pensar tampoco que, todavía peor que la desolación de este tipo de noticias, debe ser la impotencia, la rabia, la pasividad con que nos "obligan" a responder ante este tipo de agresiones, cuyos agresores no llegan a cumplir penas mayores de 5 años.

La gente, su familia, clamará justicia. Pero ese tipo de justicia a lo que otros llaman venganza. Esa justicia ante la que saltan los defensores de la vida, abogando por los derechos humanos del agresor.


Y yo me pregunto....¿no tenía Celeste, al igual que tantas otras personas, tantas niñas violadas, vejadas y/o asesinadas, esos derechos?
¿Acaso no tenian ellas derecho a la vida?

No faltará quien me diga "¿Y quien eres tu para juzgar eso?"
Nadie. Realmente no soy nadie para hacerlo. Simplemente lo dejaré en una pequeña reflexión.

Antes de salir a defender los derechos humanos de estos delincuentes, estos asesinos, por que eso es lo que son, ponganse en el lugar, ya no de la víctima, si no de su familia.
¿De veras son tan hipócritas como para creer que si esto les pasase a sus hijas, hermanas, sobrinas, nietas.... seguirían defendiendo de ese modo la vida del agresor?