jueves, 17 de septiembre de 2009

Todavia quedan buenos gestos

Esta semana ha sido una de esas en las que hubiera preferido no levantarme de la cama el lunes por la mañana.
Al trabajar cara al público, se ven miles de cosas, y se tienen que aguantar otras tantas. Y tal como está todo, la gente lleva una temporada especialmente irascible. Parece que vayan respirando agresividad por la calle.
Seguramente, mas de uno de los que me leen dirán que no es para tanto, que exagero demasiado, pero puedo asegurar que no es asi.

Algunas de las perlas que me han soltado desde el lunes hasta hoy han sido estas:

(Mirando unos ganchos de cortina) -¿Y dices que esto cuesta 5 centimos? ¿No te da vergüenza ponerlos tan caros?

(Una señora despues de decidir que se iba a llevar una sarten de 9'50€) -Oye, pues ya que no me quieres hacer un descuento, regalame algo para que vuelva.

(Despues de pasarme toda la noche en urgencias, y toda la mañana de medicos, con el pertinente cartelito informativo) -Vaya, como se nota que ya te has hecho rica, que ni siquiera quieres venir a abrir por las mañanas. (y este iba muy en serio, nada de bromas)

Tengo muchas, muchisimas mas, pero de momento, con estas vamos bien.

Aun con estas contestaciones, yo sigo siendo muy maja, y le suelo dar conversación a mis clientes, como la chica que vino esta mañana. La pobrecita no sabía ni como se llamaba lo que quería comprar, pero tras una pequeña descripción, dimos con el artículo en cuestion. Le explico como se tiene que poner, le resuelvo todas las dudas, y cuando va a pagarme, me doy cuenta que llevaba un bolso de estos de Harrod's, pero super bonito, y yo toda mona, que todavia no sabia ni que era Harrod's, le pregunto donde se lo ha comprado.
Me llegó al alma la cara que puso al decirme que solo se compraban en dicho almacen, en Londres.
Y como un bolso a estas alturas tampoco es nada que me vaya a quitar el sueño, pues nada, un "no te preocupes, si aqui tambien venden muchos bolsos" y todo arreglado.

Pero mi sorpresa, totalmente agradable por lo inesperado, llegó por la tarde, cuando la misma chica, ha vuelto a la tienda, solo para decirme que a final de mes le había surgido un viaje a Londres, y que si quería podía traerme un bolso.

Esa chica solo ha venido dos o tres veces a la tienda, por lo que se puede decir que no la conocía. Así que podeis imaginaros mi sorpresa cuando me dijo que solo había venido a preguntarme si queria que me trajera un bolso de esos, por que como me habia gustado tanto el suyo, pensó que tal vez me gustaría que me trajesen uno.

Y como siempre, muchos pensaran que es una tonteria.
Pero yo creo que son estas pequeñas cosas las que hacen que todavía podamos sonreir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario